Si la banalidad no tiene historia, en cambio el culto de lo banal aparece como una obsesión de los artistas y pensadores del siglo XX. De Duchamp y sus ready-made a Warhol, quien rompe la frontera entre arte y medios; de Perec y su infraordinario a los sociólogos de lo cotidiano Lefevre y Certeau, los íconos de la modernidad han sido los poetas de lo ordinario y lo cotidiano. Todos han reconocido en lo banal una virtud subversiva. Y a través del culto de lo banal, se trata de poner en tela de juicio las instituciones: la obra, el artista, el museo, pero también los grandes relatos y el autor.
Hoy, es el turno de que la televisión y sus reality shows magnifiquen lo banal. Pero ¿todavía tiene esta magnificación una virtud corrosiva?
François Jost es profesor en la Sorbonne Nouvelle, donde dirige el laboratorio Communication Information Médias.Ha escrito numerosos ensayos sobre cine y televisión y, en español, ha publicado El ojo-cámara y El relato cinematográfico.
Índice
Prefacio
1. La instauración del culto
2. Lo banal en la era de la reproducción mecánica
3. ¿Inventar lo cotidiano?
4. El rechazo a ser original
5. Loft Story, ¿una obra pop?
6. La banalización de lo banal
Conclusión
El culto a lo banal
François Jost
Libraria Ediciones