Ésta no es la historia de un cuadro sino la de algunos de los muchos debates que éste produjo. Una pintura que no concluye en el límite de su superficie sino que se actualiza, adquiere nueva vida, cada vez que se discute sobre ella o que se levanta, como una bandera, incrustando nuevamente su historia en el presente. Todos los superlativos que acompañan la simple mención del Guernica de Pablo Picasso se desvanecen cuando los conservadores describen el estado actual de su superficie. Desgarros, pérdidas, refuerzos, deformaciones, orificios, suciedades, grietas, repintes, microfisuras, levantamientos, reintegraciones, desgastes, restos: los términos remiten más a una ruina que al icono esplendoroso del siglo XX. El propio Picasso la definió como una pintura herida. Sin embargo, lejos de haber perdido su poder, lo ha acrecentado.
El Guernica de Picasso: el poder de la representación
Varios Autores (as) Andrea Giunta editora
Biblos