Este libro es precioso y ardiente, como lo es sin duda el corazón de su autora, Anna Gichkina, una joven rusa que vive en Francia por amor a dos literaturas, la nuestra y la del país de Pushkin.
 
Este libro es precioso porque revela la inquietud que puede despertar, en el resto del mundo, la infidelidad de Europa en general y de Francia en particular a sus vocaciones iniciales e inigualables, las de la infusión y la difusión del cristianismo en la humanidad mediante su acuerdo, heredado de Roma y Atenas, con la razón. Es la pérdida de este Occidente lo que la autora describe aquí, lamentando con razón que durante más de dos siglos nos hayamos movido hacia el lado oscuro de la racionalidad, el que derrota a las almas y por ende a los pueblos y sus patrias. Haciendo esta dura declaración de nuestra próxima muerte, si no tenemos cuidado, la autora, especialista también en el académico francés del siglo XIX, rusófilo y apologista del cristianismo, Eugène-Melchior de Vogüe, que fue el embajador de la gran novela rusa aquí, sólo ve un remedio: recurrir a Rusia.
[del prólogo de Jacques de Guillebon]
 
Índice
Prólogo de Jacques de Guillebon / 9
I. Cuando el Tiempo se apodera de la Eternidad: Occidente / 11
Europa y el rechazo de su herencia cristiana / 13
La ideología humanista como religión mundial / 21
Hombre humano vs hombre deshumanizado: hacia un espacio europeo saludable / 29
¿Muerte o vida ilimitada? / 35
II. Cuando la Eternidad se apodera del Tiempo: Rusia / 43
Rusia, ¿un misterio sin respuesta? / 45
La ortodoxia como significado de Rusia / 49
El caos ruso: cuando el desorden hace la grandeza / 55
La nación y el conservadurismo en la filosofía de Nikolái Berdiáyev / 59
La literatura rusa como guardiana del Evangelio / 65
La literatura rusa remedia el vacío europeo / 81
Entrevista Anna Gichkina, por Jordi Garriga / 87
Bibliografía / 95