La historia tanto de Jesús como de María no fue un tema que les haya preocupado especialmente a los primeros cristianos. Ello no nos debe extrañar. El sentido de lo histórico es una experiencia que a la humanidad le costó siglos hacer suya. Lo fue haciendo en un largo proceso y sólo en la modernidad es cuando tenemos narraciones históricas en las que la preocupación por ubicar los acontecimientos en el devenir cronológico es dominante. La enorme influencia que tienen tanto Jesús como María en nuestra cultura, no la tienen por su realidad histórica, sino por su dimensión simbólica. Jesús no es Jesús sino Cristo o, en todo caso, Jesu-Cristo, y María no es María sino la Virgen María, y Cristo es Cristo Rey o el Cristo de Mailín, y María es la Virgen del Valle o la Virgen de Itatí. Tanto Jesús como María son símbolos en los que los devotos se identifican. ¿Qué importancia puede tener, pues, el indagar sobre la realidad histórica que subtiende a dichos símbolos? Para nosotros, latinoamericanos participantes en los movimientos populares de liberación adquieren una importancia mayor.
Jesús y María: una relación conflictiva
Rubén Dri
Biblos