Durante los años transcurridos entre el desenlace de la Segunda Guerra Mundial y el triunfo de la televisión como principal medio de masas, el entretenimiento más popular entre los jóvenes de Estados Unidos fue el cómic. Tan popular que llegó a provocar la alarma y un verdadero pánico entre los guardianes de la moral y las buenas costumbres. Se llevaron a cabo quemas públicas de tebeos por todo el país. Varias ciudades votaron su prohibición. El Congreso intervino y celebró vistas que prácticamente destruyeron las carreras de cientos de dibujantes, guionistas y editores. La plaga de los cómics explora las raíces y las consecuencias de una polémica que estuvo en el origen de un verdadero terremoto cultural.
Creados por jóvenes marginados de barrios humildes, los tebeos —chabacanos, desvergonzados y, a menudo, escandalosos— conquistaron de inmediato a los niños y adolescentes y sirvieron a sus autores como lienzo sobre el que expresar sus ambiciones, abordando sin ambages temas como la criminalidad, el sexo, la codicia y la miseria, con creatividad, irreverencia y suspicacia frente a la autoridad. David Hajdu explora las raíces y consecuencias de aquella controversia que, a pesar de haber copado en su día las primeras planas de los periódicos, es en palabras del propio autor «un capítulo prácticamente olvidado en la historia de las guerras culturales, que choca con ideas que hoy damos por sentadas sobre la evolución de la cultura popular, entre ellas el nacimiento de la sensibilidad de posguerra; una sensibilidad hosca y descreída, resignada a la violencia y obsesionada con el sexo, recelosa de la autoridad y anclada en la inmadurez de la juventud, que suele asumirse como consecuencia del rock ’n’ roll. La realidad es mucho más compleja. Elvis y Chuck Berry fueron la banda sonora de un movimiento creado por los cómics».
«Escrito con garra y meticulosamente documentado, La plaga de los cómics narra la fascinante historia de los prejuicios y la paranoia que marcaron la recepción del entretenimiento de masas durante la primera mitad del siglo XX y supone un aleccionador recordatorio de la facilidad con la que puede llegar a demonizarse el arte durante épocas de inestabilidad».
—Michael Saler, Times Literary Supplement
«Antes que el porno, el rap e incluso el rock, la responsabilidad de amenazar la moral de Estados Unidos recayó en los cómics. Este ingenioso estudio cultural funciona a su vez como una penetrante sátira de la mojigatería y la histeria colectiva, dos vicios tan viejos como la propia Norteamérica».
—Giles Harvey, The Village Voice
«David Hajdu aborda un tema apropiado para una biografía de fan y lo convierte en algo de interés universal. Una historia asombrosa y repleta de emoción».
—Janet Maslin, The New York Times
«El mejor libro sobre historieta que se ha escrito hasta la fecha en Estados Unidos. Un clásico instantáneo de la historia cultural».
—Geoffrey O’Brien, autor de Tiempo de soñar
La plaga de los cómics: Cuando los tebeos eran peligrosos
David Hajdu
ES POP Ediciones