El cómic norteamericano resultó fundamental en la traslación de las reivindicaciones de la segunda ola del feminismo.
En la segunda mitad del siglo XX, la identidad estadounidense, asentada en un imaginario que remitía en su origen al arquetipo de los padres fundadores y encumbraba los valores del hombre blanco de clase media, experimenta una resignificación sin precedentes, con la llegada de los movimientos sociales de los años sesenta y setenta, que comienzan a reivindicar todas aquellas identidades subalternas que quedaban excluidas de esta categorización racial, de género y clase, condenándolas a la desigualdad y el aislamiento social y político. Reclamaban, en suma, una política identitaria para el conjunto de la población estadounidense, basada en la diversidad y pluralidad cultural. Es así como se gesta la segunda ola del feminismo, la lucha por los derechos civiles, el pacifismo, el ecologismo o el movimiento LGTB. El cómic, y especialmente el de superhéroes, resulta fundamental para la traslación de estas reivindicaciones a sectores sociales alejados de los espacios de militancia. El superhéroe se presenta como un influyente agente de cambio en el proceso de concienciación de la población, a la vez que se acompasa a la evolución social, en una constante retroalimentación entre la esfera sociopolítica y la cultural. Este libro ahonda en esta doble conexión, mediante un enfoque que combina los estudios culturales y del cómic con la historia de Estados Unidos y de las subjetividades, incorporando la perspectiva de género, los estudios raciales y la teoría queer.
Los cómics de superhéroes en los movimientos sociales
Andrea Hormaechea Ocaña
- La Catarata