Emociones, impulsos eléctricos, corrientes eclécticas y la música como imprescindible material conductor. Pura sinestesia en la era de la neurociencia y la globalización, un horizonte deslumbrante que el-autor, Enrique Helguera, íntimamente vinculado desde la cuna a la cultura mexicana, sitúa desde estas páginas en el epicentro de sus reflexiones y atraviesa de Occidente a Oriente, de Norte a Sur, calzando los zapatos de los desheredados de la historia, los eternos ausentes de todos los palacios de invierno y verano que en el mundo han sido, como aquellos olvidados del Buñuel mexicano, que ya son patrimonio audiovisual de la humanidadUn libro visionario que rescata escritos desperdigados aquí y allá (Letras Libres, Cuadernos de Jazz, Rockdelux, El Mundo, El Heraldo de Aragón, Enlace Funk) con la permanente vocación de agitar las emociones y catalizar las transacciones neuronales, en busca de universos paralelos que habitan en éste aunque permanezcan casi siempre en la oscuridad. De esa lacerante oscuridad hablan estas páginas, enlazando con precisión quirúrgica palabras y recuerdos, aforismos y disecciones punzantes que hermanan a Mario Pacheco (él, viejo amigo común, otro panteísta ilustrado) con Nina Simone, a Cesarea Evora con Ry Cooder, a Lila Downs y una miríada de artistas mixtecas con Ravi Shankar y las primaveras árabes, a Jimi Hendrix con Café Tacuba, a Camarón con los tropicalistas. Como sabemos quienes amamos la música más allá de lo razonable, las canciones se disparan directo a las vísceras, emulsionan mejor entre convulsiones de electricidad lisérgica, como estampas de un mundo flotante que te calará los huesos. Algo que el autor reivindica cada domingo por la noche desde "Sonideros", en Radio 3, Radio Nacional de España, agitando el dial con la música y la letra de una revolución tranquila, la del misticismo panteísta y telúrico de los olvidados.
Música y electricidad. Conexiones y cortocircuitos en la era virtual del acelera
Montesinos
Enrique Helguera de la Villa