La medicina actual no quiere plantearse las causas del aumento de enfermedades, ya que estas constituyen la base misma de la sociedad y del sistema económico: ciudades masificadas, consumismo, trabajo precario y alienante, sobreproducción, contaminación y falta de cohesión social, lo que genera estrés, frustración, angustia, falta de motivación y de alegría, etc. Las estrategias médicas fracasan porque concentran demasiados esfuerzos en atajar la enfermedad pero nunca las condiciones estructurales que las causan.
Asimismo, la medicina moderna pone en pone en riesgo el conocimiento popular, el conocimiento que tiene cada persona sobre su propio cuerpo y la capacidad curativa de este. El sistema capitalista arrebata a las comunidades sus conocimientos y concepciones sobre la salud, la enfermedad y su tratamiento. Una verdadera invasión farmacéutica pretende convencernos de que no hay salud fuera de los procedimientos de la clase médica profesional. Un nuevo lenguaje, elaborado en las altas esferas sociales, impregna entonces la sociedad, reduciendo lo que constituye un punto esencial de la salud de cada invididuo: su autonomía personal.
Iván Illich define la medicina actual como el monopolio radical de los expertos: tecnócratas como los que más, desde los ministros de salud y los gerifaltes de las multinacionales farmacéuticas y biotecnológicas, pasando por parte del personal de clínicas y hospitales (como los médicos comprados por los visitadores de las farmacéuticas, sin pensamiento crítico o sin vocación). Illich aborda también temas como al diagnóstico y el estigma. Y analiza, desde la antropología social, cómo percibimos y significamos el dolor o la muerte en nuestra cultura.
En el momento actual de pandemia decretada es más necesario que nunca recuperar las reflexiones de un pensador de la altura de Iván Illich. Esta nueva edición de Némesis médica incluye una nueva introducción, un texto del autor reflexionando sobre el libro, y otros artículos; además de un capítulo de David Cayley, su principal discípulo, sobre la pandemia del coronavirus.
La medicina actual ha degenerado, quiere ser dueña de toda nuestra vida: su ideal es la prevención absoluta, totalitaria; encomendará ilusamente a la genética el crear un cuerpo mudo: pura fuerza de trabajo y de consumo, aun sabiendo que el precio de destruir la capacidad curativa innata es la enfermedad degenerativa (medicalización permanente: crear un enfermo incurable).
Némesis médica. La expropiación de la salud y otros escritos
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