Pensar la religión después de Charlie Hebdo, desde América Latina, convoca al presente ensayo. La experiencia religiosa en el hombre es originaria, anterior a toda ética, a-moral: el hombre es de cara al misterio tremendo que lo concierne. El “regreso” de la religión no puede ser leído como el umbral de una era pos-secular.
Cuando lo que regresa es sólo cierta funcionalidad práctica de la religión, y no se toca la cuestión de Dios de fondo, ese “regreso” nos confirma en nuestras vivencias pos-religiosas. Pero ¿lo religioso está en nosotros como una pieza de museo? ¿Es un retorno “ilustrado”? ¿O nunca se fue? Lo sagrado es lo no-religioso, la esencial otredad que se cierne sobre el hombre y con-cierne al hombre. Hay una saturación de nombres flotando sin brújula en el espacio de la cultura globalizada. Y paradojalmente hay un vacío difícil de llenar. Hay una creciente violencia de nombres. Violencia profanadora que impide la escucha de lo sagrado. La actualidad aturde. Sólo desde la lejanía puede oírse el rumor de la tormenta cósmica. El atávico decir lo sagrado de los antiguos puede cuidarnos. Esta convicción ha guiado hasta aquí a los autores.
Religación desde la América profunda. Miradas sobre el fenómeno religioso en el
Varios Autores (Alejandro Blanco Araujo compilador)
Ediciones del Signo